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lunes, 26 de enero de 2015

Reto de Lectura 2015 - Un libro con un número en el título: Seis personajes en busca de autor, de Lugi Pirandello



Siguiendo con el reto de lectura para este año, el siguiente libro que he leído ha sido este: Seis personajes en busca de autor, de Luigi Pirandello. Y sí, es una obra de teatro, y antes de que me digáis que eso no vale aclaro que en ninguna parte de esa lista de cincuenta categorías decía que todos tuvieran que ser novelas, ni siquiera libros súper largos, así que yo (obviamente una juez muy imparcial) voy a darlo por válido. Además, después de Rojo y negro necesitaba urgentemente leer algo con muchos diálogos, y ¿qué mejor que el teatro para eso?

Como dije en la primera entrada, lo primero que debería comentar es por qué escogí este libro para esta categoría. En este caso es muy fácil: este título llevaba años en mi lista de “libros que quiero leer algún día”, y esta era la oportunidad perfecta para sacarlo de ahí. ¿Y por qué estaba en esa lista, para empezar? Pues… siendo sincera, única y exclusivamente por el título. Debo admitir que ni me había tomado la molestia de saber cuál era el argumento, pero vamos, ¡mirad ese título! ¿De verdad hace falta más? Lo cierto es que no, porque esta es una obra que te da lo que su título promete, ni más ni menos.

Y es absolutamente genial.

Para mí el único problema de leer teatro es que siempre me quedo un poco a medias: evidentemente es un género para ser representado más que para ser leído, así que por mucho que disfrutes la lectura de un texto dramático siempre vas a llegar al final pensando que lo que has leído es, al fin y al cabo, un “proyecto de”. Eso es lo que me ha pasado con esta lectura: no puedo escapar de ese pensamiento inevitable de “cómo molaría ver esto sobre el escenario”. Pero eso no es necesariamente malo; además, para que una obra de teatro llegue al escenario, alguien tiene que leerla primero, ¿no?

La historia es muy sencilla; es más, realmente no es una historia como tal, sino una situación, como el teatro siempre debería ser. Una familia formada por seis personajes sin autor llega al ensayo de una compañía de actores y les ruega que cuenten su drama, ya que necesitan a un autor que lo cuente para poder “vivir” como lo que son: personajes. La idea ya es buena, pero la forma en que Pirandello la aprovecha es magistral. Como cabría esperarse, es una obra que plantea muchas preguntas y da la vuelta a muchos pensamientos que a veces damos por obvios; y, por supuesto, también produce mucha angustia y tiene momentos devastadores. Pero eso no significa que se pierda de vista lo absurda que, al fin y al cabo, es la situación. Por ello la obra también tiene muchos momentos de humor divertidísimos, y todos ellos surgen de las reacciones de los personajes, sus dudas y su incomprensión de la realidad… o falta de realidad.

Como aprendiz de escritora me he sentido muy identificada con muchas de las inquietudes que el autor refleja en esta obra, inquietudes que de hecho he expresado más de una vez en cosas que he escrito, pero desde luego no de forma tan brillante. Me ha encantado, y recomiendo leerla (o si tenéis la oportunidad, verla representada, sin duda alguna) a todo el que, como yo, se haya sentido seducido desde el primer momento por un título como Seis personajes en busca de autor. No os defraudará. Puede que os deje con ganas de más, porque no es muy larga, pero no os defraudará.

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